PR-BI 52: Hayedo de illuntxo y como acabar durmiendo en una cabaña en un arbol

Muy buenas, aunque tengo muchos temas pendientes por redactar y dejar documentado, os resumo mi reciente actividad con mis hijas, en familia, y ademas con algunos amiguitos de éstas. Y sobre todo de la sorpresa que nos dio la otra mitad de la familia a Vera y a mi, por ser fecha próxima a nuestro envejecimiento.

PR-BI 52: Hayedo de Iluntxo

Llegamos a Otxandio y aparcamos en el parking proximo a la plaza o en las inmediaciones del mismo. Ademas, en la web de la Federacion Vizcaina de Montaña, podemos encontrar el enlace a la información, en la que el track sale de este punto aproximado. Un buen indicador de que vamos bien es el cartel que hay al lado de la oficina de turismo de la plaza, y las marcas de sendero PR en colores blanco-amarillo.

Primeros pasos del sendero a la salida del pueblo

A pesar de no salir por la esquina correcta de la plaza, enseguida tomamos el sendero siguiendo la flecha que nos indica el reloj-gas. Creo que la primera vez que sigo una ruta con el reloj que tengo ahora mismo. Y buen momento para hacerlo, puesto que vamos a realizar un sendero que en todo momento debe estar bien indicado.

La senda parte hacia el sur, saliendo por la carretera, y cruzando un puentecito sobre un rio. Pocos metros mas adelante, deberemos estar atentos e ir por la izquierda de la calzada para toparnos de frente con un cartel que ya nos indica la matricula del sendero y la flecha, dejando atrás el asfalto para dar paso a la tierra del camino.

Continuamos sin perdida, atravesando los primeros arboles de haya, y en donde volvemos a cruzar la carretera, muy cerca del centro de tirolinas-aventura hontza extreme. Continuamos de frente, con especial atención al trafico que por aquí discurre.

Alguna paradita vamos haciendo, que no todo es andar

Una vez entrados en el sendero, ahora si, no tendremos peligro en unos cuantos kms, puesto que enseguida nos adentramos en los hayedos que rodean la localidad de Otxandio, y vamos de camino al de Illuntxo por una vereda de un rio, cruzando en varias ocasiones puentes. No podemos dejar de maravillarnos con el entorno, la magia del otoño y el frio matinal, ademas le dan ese toque fantástico, junto con las luces de primeras horas de la mañana que bañan la paleta de colores que nos ofrecen las hojas con sus amarillos, marrones y rojizos. Todo a nuestro alrededor gira en torno a los elementos: humedad, olor a tierra húmeda, descomposición, rio, frio, y sobre todo, otoño

Continuamos siguiendo las marcas, y comprobando que los mas pequeños se lo están pasando genial, buscando las «marras» para ver si vamos por el camino correcto; hasta incluso localizan las «X» de que no tenemos que ir por esa senda. En nuestro camino hacia Illuntxo, alternamos algunos tramos de pista, con zonas de arbolado que me recuerdan a cipreses, si es que no lo son.

Pronto llegamos al hayedo de la ruta, en donde realizamos una parada a la altura de una «cabaña» de palos, en donde las y los mas pequeños se adueñan de la misma para ser los venteros del momento, ofreciéndonos todo tipo de comercio y bebercio. Aprovechamos para estar un rato recuperando de mientras que juegan.

Cabaña

Abandonamos el bosque de hayas y continuamos por una pista bien marcada, que nos conduce ahora por un una zona mas próxima al núcleo urbano. No dejamos de estar protegidos por las copas de los «trasmochos», llegando a varios cruces, donde las indicaciones perfectamente dispuestas, hacen que en ningún momento tengamos la sensación de estar perdidos.

Con el paso del tiempo, y la salida de la ruta fuera del dominio de los hayales, el interés de los intrépidos tenderos va desapareciendo para dar paso a los cansancios, dolencias, etc…. así que a partir de la granja de los cerdos y las ovejas, nos toca tirar a los adultos de ingenio para terminar nuestra ruta, volviendo por el borde de la carretera al núcleo urbano que hace un par de horas nos veía partir.

Y de nuevo en la plaza, paramos el reloj y la ruta seguida, llega a su fin. El solete hace que los humanos salgamos como las lagartijas a por vitamina D, pero en vez de quedarnos por las inmediaciones, nos desplazamos en coche al área recreativa de Presazelai, para ir degustando nuestro menú de hoy.

Llegando a entorno urbano a final de ruta

Sobremesa y todo recogido: hemos traído 2 tortillas, 1 ensalada, bocatas, otra barra pan, etc etc etc para comer; pero bueno, mejor que sobre (cena hecha) que falte. Nos retiramos al vehículo con la idea de ir a tomar un café al pueblo de Legutio, pero según estamos volviendo, nos desviamos al «Zuhaitz Etxeak», que ya conocía porque lo he visto en fotos, y algún amigo ha estado y tengo esa idea de sorpresa para algún día con Bea.

Paramos, y nos acercamos, pero muy hábilmente Bea se adelanta y nos comenta para tomar algo fuera y que va a pedir ella (que raro pienso, si nunca o casi nunca va ella) pero bueno, nos quedamos fuera viendo las cabañas de los carruajes zíngaros y la primera casa en el árbol.

Al final, la sorpresa me la llevo yo cuando me llama con un papel en la mano, que es el check-in que tengo que firmar. Si es que en ese momento ya hilo todas las secuencias, vaciles y demás menesteres del día, como el exceso de comida.

El muro de los lamentados o de los contentos pero cansados?

Y a partir de aqui, la otra sorprendida del día es Vera, y de penalti Ayala, que en un principio no se creen que vayamos a dormir allí.

A partir de aqui, os puedo decir, que dormir en una cabaña en un árbol, es una experiencia super chula, no solo para disfrutar en pareja, sino también con la familia, desconectar digitalmente y socialmente por unas horas e incluso dormir mas de 5h en una misma noche. Usar juegos como el parchís, la oca y otros de cartas de las crias bajo la atenta mirada de los seres nocturnos del bosque te mantiene tranquilo y relajado, sabiendo que vas a estar observado, ya que tu eres el intruso.

Del buen comer y buen beber se puede esperar algo

Y no cuento mas, el que quiera saber mas de esto, le comento por privado, o lo único que tiene que hacer es hacer una reserva y disfrutar.

Sin comentarios
Yoga al atardecer
Cabaña Hontza

Un saludo y hasta la próxima

Deja un comentario