Llega el dia; tercera muesca del año, y una vez mas no cumplo con lo que tenia previsto, pero si con al menos la version corta de esta carrera. Apuntado desde enero a la RT70, tenia ilusion por empezar con el salto de maraton a ultras pequeños de este estilo, y para ello habia puesto un par de carreras entre
medio, una en marzo, la Mugagabetrail, y otra en abril, la de CXM Miranda, pero un pequeño problema de salud me aleja de conseguir ponerme en la parrilla de salida a las 7:00AM.
Muy acertadamente y siendo consciente de lo que pasa, 15 dias antes de la misma solicito via telefono y via mail el cambio a la RT30; la atencion por parte de la organizacion en ambos sentidos es genial. Toda la gestion se realiza muy rapido, sin poner problemas, incluso facilitando que hacer y como. El detalle viene al dia siguiente, cuando me informan de que se me ha devuelto el dinero d
e diferencia de inscripcion de una carrera a la otra; quiero resaltar este asunto, porque en mas de una carrera el negocio lo tienen aqui y nos venden la moto de que «el sistema no me deja», o lo tenemos subcontratado o…… Aqui tambien va a traves de una plataforma y rapidamente se solucionó el asunto.
Madrugon del bueno, 04:00AM suena el despertador y las 04:35AM salgo camino a Pedrosa de Valdeporres con un integrante de Amurrio Trail Taldea, Iñaki Isusi, que se va a marcar hoy los 70km de la larga. A eso de las 05:40 estamos a unos 8-10km de Pedrosa y el coche de delante nos hace unas señas para parar (suponemos que tambien van a a la carrera). Asi lo hacemos, y nos comentan que vienen de Eibar y que andan sin combustible. Aparcan en una gasolinera y podemos llevar a 2 de los 3, y justo pasa otro vehiculo que lleva al otro chico. Pero la anecdota es que despues me entero que el otro coche es de mi amigo Fernando Alonso (el de formula1 no, el de Terapiat’) que tambien se va a meter los 70k.
Anecdotas a parte, vamos con lo que nos acontece. A primera hora fotos de rigor en el photocall, ya que no hay gente aun, y dejamos los deberes hechos. Volvemos al coche, recojo todas las bolsas, ya que no volveré a Amurrio con Iñaki, sino que ire a Zalla con Jakobe y compañia. Una vez he dejado las bolsas, me acerco con el resto de personas a la parrilla de salida a las 07:00AM que es la hora fijada por la organizacion para los de 70. Verles salir y de seguido ir a tomar un cafe, recoger las bolsas, preparar los bartulos, la motxila, los botellines, etc. La rutina de antes de carrera hasta que llegan los amigos de los Runner Mice del pueblo.
Con todo listo y a falta de 20min, ya vamos para la salida donde seguimos viendo gente, saludando amigos, riendo, vacilando y soñando, soñando con que las piernas nos lleven hasta meta, soñando con volar por el recorrido, con atravesar el ventanon levitando, al fin y al cabo, soñando….. Ultimos minutos, colocar todo en su sitio, poner reloj a punto, escuchar los animos del speaker y del publico que nos hace el pasillo nada mas salir.
O no me fijo bien o es que no hay los fuegos artificiales, al igual que en la RT70, pero es lo de menos. Salgo tranquilo, intentando ir con Jakobe, pero es imposible, si no se cuela uno, te llevan otro para delante y al final nos separamos. Los galgos ya se dispersan y el gusano de carrera se empieza a estirar y a ponernos a todos en nuestro sitio. Hace calor, asi que habrá que dosificar para el ultimo tercio de carrera y llegar sin calambres y con algo de energia para poder tirar, y esta vez espero poder cumplir.
TRACK: 2017.05.06 RunelaTrail 30k
Despues de salir del pueblo y dejar de lado el asfalto, el firme cambia a sendero, para despues convertirse en campo a traves, siguiendo las marcas, atravesando campas, pastos que de otra manera seguramente no gozariamos de pisar. Y antes de darnos cuenta y de haber calentado lo suficiente alzamos la vista, vemos nuestra puerta al cielo, la llanada nos espera, solo tenemos que ganar los algo mas de 200m de desnivel que hay hasta ella, pasando por la puerta de enlace con los dioses.
La trepada hasta el ventanon se hace dura, menos mal que entre todos, frenamos un poco el ritmo mientras uno se resbala, otro para a ver el paisaje y coger aire, a alguno se le suelta el cordon y otros simplemente esperamos nuestro turno, a estas alturas el podium ya hemos visto como es cuando hemos cogido la bolsa del corredor, y no nos hace falta volver a verlo ni subir (jejeje) Superada la zona boscosa de la subida, se nos abre ya el famoso «Ventanon», en donde encuentro a Edu (Fotokirol) y Alex (Tuga Norte). Un breve saludo, vaciles buenos en plan que si vienes silbando que si no estas ni mojado; y razon no les falta, puesto que el ritmo de subida ha sido comodo y sin forzar.
Una vez ganado el ventanon, y sin dar tregua a que se repongan las patas, empezamos a trotar en bajada hacia el primer avituallamiento liquido, mientras vamos viendo otro obstaculo a salvar, el Cerro de la Mula y la Brecha de la Llosa, por donde trancurre el itinerario. Antes repongo agua, sales y demas. Me encuentro con Marro, que tiene alguna molestia en rodilla y trotamos juntos hasta la siguiente subida hacia la brecha mencionada. Cada uno a su ritmo va ganandole metros a la montaña, y enseguida nos metemos en el sendero que nos lleva a un paso que hay que realizar con la escalera que han subido a tal fin. Es un senderito impresionante que se ciñe cual costura, enlazando la falda herbosa de la montaña con la roca dura de la misma. Me recuerda mucho al itinerario de lo que llamamos Via Ferrata del Ungino, pero mas sencilla. La escalera le da un punto, viendo la pendiente de la canal que subimos.
Salidos de las tinieblas, el sol nos vuelve a dar un abrazo y de mientras que empezamos el descenso, que casi casi nos va a llevar hasta Puentedey, aprovecho para picar algo y seguir hidratandome. El descenso inicial lo hacemos por la loma, practicamente horizontal, hasta que nos desvian hacia la ladera norte, agreste y con cayuela muy suelta que dificulta el descenso. Enseguida llegamos a un pequeño colladito, en donde enlazamos con la GR-1, que se mete de lleno en el Barranco de la Mata, hoy sin apenas caudal, y que vamos comentando que si hubiera llovido, otro gallo hubiera cantado en este tramo. Salimos del barranco en Quintanilla de Valdebodres, para luego abandonar la carretera y volver de
nuevo a firme salvaje, siguiendo un caminillo, que nos lleva hasta el rio de sobrepena, en donde nos armamos de valor para no caernos al cruzar el lecho del rio. Nos acercan de nuevo a la carretera, que cruzamos vigilados siempre por personal de la organizacion para evitar atropellos; y de aqui vamos directos por el Barranco de la Mea hacia su cascada, hoy con un pequeño hilo de agua, y que pasamos por debajo. Muy curioso este salto de agua, puesto que la zona en donde cae el agua, parece un deposito de roca que a medida que mas agua cae, mas grande se va haciendo y no a la contra.
Salvamos esta zona, para llegar a Puentedey, cruzar su mas fotografiado elemento, un tunel de roca natural tallado por el Nela a su paso por esta localidad, y que ha servido de escenario para muchos objetivos de fotos, carreras, martxas y otros eventos. Y de nuevo me topo con el equipo Tuga-Fotokirol, que me paro a saludar una vez mas, y que me siguen vacilando, cosa que me tomo a bien y que sirve para seguir motivado. Enseguida callejeamos un poco y nos damos de morros con el avituallamiento solido-liquido, donde me tomo algo mas de tiempo en comer bien, sobre todo fruta fresca, con bien de nectar, algo salado, que para dulce ya estoy yo (jijiji), reponer bien de liquidos, y ademas preparar otro botellin de sales. Me alcanza Marro y de mientras que repongo charlamos un poco.
La salida del avituallamiento es dura, con una pendiente fuertisima a traves de una pedrera que recuerda a las tipicas canales interminables de Picos de Europa o Pirineos. Pero una vez superada este 7a+ a vista, volvemos a toparnos con un camino que txino-txano nos va llevando de nuevo hacia arriba. Es el camino del Rojo, que nos pasa por al lado de su cueva y que finalmente llega a la zona cimera, en donde volvemos a trotar a traves de zonas recien desbrozadas, limpias y que enseguida te devuelven a un bosque bonito, con mucha hojarasca, donde poder trotar a gusto con alguna subidilla leve, y siempre picando para abajo. En algun momento de esta travesia, los gemelos me avisan de que no fuerce y sobre todo que beba aun mas liquidos y sales, que sino enseguida llega el del mazo. Y antes de llegar a LEva, ya he dado buena cuenta de los liquidos mios. Aun quedan unos km para el avituallamiento, pero es necesario seguir hidratando.
Atras queda Leva, y ahora volvemos a ganar un pequeño promontorio que mas tarde en zona mas bien llana con algun que otro altibajo, nos va acercando al ultimo avituallamiento de la carrera, sin contar el final. Repongo liquidos, charlo con los alli presentes. Otro 10 para la gente del avituallamiento de Villavés, que como en el resto, se presta voluntaria para ayudarte a rellenar, comer algo, ponerte o quitarte la motxila, cualquier cosa que necesites, ellos van a hacerlo sin decir nada, y eso se merece un GRACIAS, minimo.
De Villabes a Quintanabaldo, el camino es sencillo, aunque tenemos que superar una pequeña pendiente, luego es correr para abajo hasta llegar a la antigua via del tren, hoy en desuso, y que seguimos por sus piedras y cantos hasta salir a cruzar el puente que nos da acceso al pequeño pueblo de Quintanabaldo, en donde ya visualizamos el ultimo escalon del dia, el que puede llevarnos a la gloria o ponernos la zancadilla que no nos deje levantarnos.
Uff, cruzamos el pueblo ya con bastante calor, y los pies algo recocidos, sudando algo de sales, pero da igual, hay que seguir bebiendo. Esta zona nos mete de lleno en un pequeño barranco, el de La Tejuela, que nos vuelve a depositar en el altiplano. Antes deberemos superar un tramo de bosque lleno de raices, atravesar una pequeña pedrera, para volver a atravesar un itinerario dotado de cuerda, por su peligro de caida, y alguna zona mas boscosa, con una pendiente muy pronunciada. Me he armado de energia instantanea para acometer esta ultima subida con exito, y parece que lo consigo. Mientras voy ascendiendo llego a un grupo de 4, que sigo durante unos metros, hasta que progresivamente me van dejando pasar, y la subida la afronto con energia, con ganas de darlo todo, de recortar y no de penalizar como otras veces.
El itinerario en este barranco, serpente
a mucho, pero gracias a la labor de la organizacion, es practicamente imposible perderse. Salgo a la parte superior, en donde llegamos a una pista, ahora el terreno es horizontal, y aqui me encuentro un chico con algun problema en las patas. Me paro, le pregunto, me asegura que esta bien, se lo vuelvo a preguntar, si necesita algo, y me dice que solo necesita descansar un poco y seguir. Lo de seguir lo hago yo bien, que continuo en carrera continua hacia la ultima bajada del dia, y que nos lleva directamente a la meta, o al menos eso creo.
Tras un tramo en ligera pendiente decreciente, donde se puede ganar algo de velocidad, nos asomamos a un precioso balcon del pueblo, en la conocida zona de La Dehesa, justo por encima de la estacion de santelices, y desde donde podemos ver todo el municipio de Pedrosa y sus lindes naturales cortando el cielo como si fuera un skyline natural. Se intuye el descenso por debajo de la linea natural que forman las faldas de la montaña, verdes, con el color mas grisaceo de la roca que emerge de las mismas vertical hacia el cielo. Veo un corredor que va unos 300m por delante, y me digo que igual le puedo coger aun.
Comienzo el descenso suave, a buen ritmo, sin forzar, pero procurando mantener un ritmo constante. Cuando consigo hacerlo, acelero otro poco, dentro de lo que me da el cuerpo (ya se que no soy Usain ni Kilian) y en algunos momentos parece que me acerco al chico de delante, pero cuando llega el momento, me doy cuenta que no, que era un «parece que» y volvemos a lo mismo; asi que sigo esforzandome y procuro subir el ritmo, aunque a veces me resulta dificil. Y poco a poco nos vamos acercando por el bosque hacia la urbe.
Voy viendo que llegamos a la zona donde habiamos aparcado y me relajo un poco, pero me doy cuenta que nos meten por la antigua via del tren, y eso supone una recta interminable para luego volver a meta, y todo esto para evitar cruzar la carretera, muy acertadamente. Asi que toca recuperar ritmo, esta vez mas rapido, que parece que he recuperado algo las patas, y enseguida veo que recupero distancia con el chico de delante, pero al virar de nuevo al sur y volver a encaminarme hacia meta, veo que no le voy a coger, aun asi, sigo a tope. Entro en la recta de meta, la gente aplaude como si fuera el primero, y eso se agradece y mucho. Por fin sale tu nombre en los altavoces, paras el crono, y ya esta, otra mas a la saca
Contento, exhausto, sin aliento, y a pesar de haber bebido mas de 3L de agua y sales, deshidratado. Foto de rigor en la meta y de seguido a ducharme, no sin antes recuperar un poco de liquidos a base de zumo de cebada fermentada. Eso si, duchar antes de comer, que asi ya estoy cambiado. Me encuentro con gente, conocidos, amigos, finishers, retirados, etc y ahora si todo es una gran fiesta, con mejor ambiente, si cabe, de lo vivido hasta llegar a meta.
Al volver a la realidad, llego a Zalla, a cuidar a mis hijas, Vera y Ayala que hoy no han podido venir a meta, al igual que la celebracion que nos acontece.
1 año sin ti, que aunque parece que no estas, te tengo mas presente que nunca, recordando buenos momentos, y no hay mejor manera que celebrarlo que en el monte, como te gustaba verme, y hoy estoy seguro que me has dado alas en algun momento de bajon.