Con estos calores, no se ni que hacer con las tardes conciliadoras, asi que, mejor que estar en el parque pasando calor y sudando la gota gorda, se me ocurre hacer una pequeña incursion a traves del GR 284, y que llega hasta el cruce del sendero con el Barranco del Idas, que nace en las faldas de Gorobel, cercano al Portillo de Atatxa.
Llegar con el coche al punto de inicio no es tan dificil como parece, pero bueno. Cogemos carretera Amurrio – Artziniega; nos desviamos hacia Maroño en el cruce de Izoria; obviamos el cruce que nos lleva a Lendoño y Orduña a mano izquierda y seguimos de frente; despues de subir la cuesta al embalse, continuamos de frente hasta coger el desvio hacia Aguiñiga, dejando a la derecha la continuidad a Salmanton. Finalmente, llegamos a Aguiñiga, y subimos hacia arriba en el cruce, pasando al lado de la fuente, continuamos por la pista de hormigon, que a ratos es de grijo gordo (tipo al de las vias de tren) hasta que se nos acaba la pista en la perpendicular con la GR. ¿Quien se ha perdido ya?
TRACK: 2016.06.07 Ruta GR 284 con los pekes
Aparcamos, y con cuidado de mastines, y permiso de vacas, toros y ovejas, caminamos direccion noroeste (segun llegamos a la derecha). El camino es amplio, y los pekes al principio van bien. El campeon de Mikel se hace el sendero completo de ida y vuelta andando, pero la que me acompaña a mi, Vera, se hace el camino de vuelta en la motxila y parte de la ida en brazos.
Tras poco mas de 1km aparecemos en el barranco, donde algo mas de fresco se nota. El caudal no es mucho, y la zona permite que estemos con los crios tranquilos. Yo hago una pequeña incursion rio arriba, ya que algun dia espero poder hacer el barranco completo con mi compi Zigor Eguia.
Descalza y el otro con unas cangrejeras, al final nos acabamos mojando. Cuesta entrar en el agua, pero luego, una vez que se vienen arriba, no hay quien les saque. Eso si, el agua bastante fria.
Despues de las fotos, merendar, txapoteos, salpicadas, risas y llantos, solo queda secar, cambiar la ropa y recoger. Un vistazo para ver que lo dejamos limpio y deshacemos el camino tranquilamente hasta llegar al coche.
Al final, una tarde diferente, combatiendo el calor en lugares frescos, donde las sombras y los chapoteos merecen un agradecimiento.
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